Cuando el dolor no para.

15.03.2024

Las personas "mayores", solemos llegar a una edad en la que nuestros remedios son compañeros inseparables. Van con nosotros a todos lados. A propósito... ¿Llevás PARACETAMOR en tu bolsillo?
Hay dolores del cuerpo y hay dolores del alma. En la adultez —quien mas quien menos— puede transitar un espacio de soledad. Depende de cómo afrontemos esta etapa de la vida, que nos toca vivir, estaremos mas o menos felices. A veces con mas fuerza, y otras con menos, surgirán el recuerdo de los tiempos en los que, mirábamos el paisaje abrazados a alguien. Compartíamos una comida, o una caminata por la playa tomados de la mano de ella o de el. Llorábamos con alguien. Reíamos con alguien. Soñábamos con alguien... o por alguien.
¿A vos también te dijeron?: Lo tuyo no tiene remedio. Pero sí, lo tiene: PARACETAMOR.
Seguramente sabés de que hablo, o como yo, lo vivís. En parte suplimos esas "ausencias" compartiendo con otros: viajes; encuentros; salidas; amistad; temores... ¿Volver a amar? ¡Alegrías! Todo vale si hay amor.
A muchos de nosotros, los grupos y las redes sociales nos ayudan a sentirnos parte otra vez ¿Parte de que? Parte de los que desean seguir amando. Amando sus recuerdos. Amando a sus viejos amigos. Amando a esos nuevos amigos. Amando la vida. Amando poder vivirla.
Cuando sentimos que aflojamos o que el dolor toma el timón e intenta torcerlo: aumentémos la dosis de PARACETAMOR. El amor es el mejor remedio para la salud. Amemos lo que sea que amemos, hagámoslo con intensidad. El amor sana el dolor.
Abrazo del alma para todos 

© 2019 COACHING. José María Moreno 1335
Creado con Webnode Cookies
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar